FORMO UN GRUPO DE EXPERTOS PARA TRADUCIR ANGLICISMOS El Gobierno de Japón busca la manera de frenar la invasión del idioma inglés
Alarmado por las filtraciones idiomáticas que amenazan com corromper la tradicional belleza de
la lengua japonesa, el Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencias y Tecnologías creó una comisión de 20 expertos para
monitorear el problema. Los lingüistas traducirán al japonés las palabras inglesas que se suman al vocabulario popular sin pedir
permiso.
Algunos analistas dicen que la batalla está perdida. Y que la culpa es, cuándo no, de los
políticos...
Las barreras a las importaciones es una vieja tradición comercial japonesa. Sin embargo,
actualmente, el país afronta otro desafío: crear, aunque en forma tardía, un escudo contra la invasión masiva del idioma inglés.
Sin embargo, según los especialistas, la principal medida oficial al respecto podría estar anunciando que la lucha está perdida
de antemano. Nadie le da crédito al grupo de 20 expertos reunidos por el Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencias y
Tecnologías para proponer semestralmente palabras japonesas capaces de sustituir términos ingleses de uso cada vez más corriente.
"Finalmente, el temor a que se marchite la belleza tradicional de la lengua japonesa se está
materializando", declaró la ministra de la cartera, Atsuko Toyama, la funcionaria a cargo de administrar el problema y convocar
semestralmente a la comisión de expertos. Los técnicos del programa estiman que la utilización frecuente de expresiones inglesas
por parte de políticos y funcionarios da lugar a confusiones, debido a que la mayoría de estas palabras provienen del mundo de
los negocios internacionales y, por lo tanto, son desconocidas por gran parte de la población.
El problema se complica aún más por las inevitables distorsiones fonéticas derivadas de la
naturaleza del idioma japonés, que está basado en un sistema de sílabas y desconoce el sonido de algunas letras presentes en
casi todas las lenguas, como la "F" o la "V", y no distingue otras, como la "L" y la "R". Por supuesto que han sido muchas las
palabras extranjeras que, con el tiempo, han enriquecido el léxico de los japoneses, incluidos cientos de términos de origen
chino y numerosas influencias occidentales, llegadas desde Macao, donde se habla portugués.
Por ejemplo, el nombre de una de las más tradicionales especialidades culinarias japonesas, el
"tempura", una fritura de legumbres y mariscos rebozadas, tendría su origen en la palabra portuguesa "tempero", que significa "cocina".
En el pasado, los nuevos conceptos se traducían en palabras al asociar caracteres chinos ya existentes. Tal es el caso del
vocablo teléfono, en japonés, "denwa", producto de la combinación de los caracteres "eléctrico" y "hablar". Sin embargo, más
recientemente, la tendencia es tomar el término extranjero en bloque y pronunciarlo "a la japonesa".
Así, el helado, "ice cream" en inglés, se tradujo al japonés como "aisu kuriimu"; la radio
como "rajio" y la computadora, en inglés, "computer", se tradujo como "conpyutaa". Pero no son estas palabras las que inquietan
a los puristas, sino otros términos menos familiares, que, aunque tienen sus palabras en japonés, se obvian y reemplazan por sus
versiones anglófonas.
Los ejemplos con los que políticos y burócratas sobrecargan sus informes y discursos son
innumerables: "inobeeshon" ("del inglés, innovation, innovación), "akauntabiriti" ("accountability", responsabilidad) son dos de
los más curiosos.
La tendencia se afianzó aún más en los últimos años porque, a partir de la quimera de la
mundialización, cada vez más hombres públicos y privados se esfuerzan por lucir al tanto de las cuestiones internacionales. Sin
embargo, Naomi Uchida, una secretaria de 29 años, da otras razones para fundamentar su preferencia lingüística: "Para mí, las
expresiones inglesas son menos rígidas, más informales". Ella prefiere decir "ranchi", ("lunch", en inglés, almuerzo) antes que
"hirugohan" (literalmente, comida de mediodía en japonés). ¿Por qué? "Porque me gusta..." |